Las flores preservadas no son flores secas, pues el tratamiento es totalmente diferente. Se trata de flores 100% naturales que, tras ser cortadas, se someten a un proceso en el cual se sustituye la savia y el agua de la misma por un líquido preservante que consigue su aspecto. Quedan en apariencia como las naturales, se conservan tiernas y mantienen su olor, pero no necesitan agua.
¿Cómo cuidarlas?
Lo ideal es colocarlas en un lugar templado, sin luz directa, corrientes de aire o calores excesivos, pues están tratadas pero aún así sienten. Los cambios bruscos como luz de focos o la sequedad de los aires acondicionados pueden afectar el aspecto de las flores. El único mantenimiento que requieren se reduce a desempolvarlas ocasionalmente con un paño suave.